domingo, 23 de septiembre de 2007

Obsesión rasgada


Orientextremo

Haruki Murakami es el escritor nipón más popular desde Yukio Mishima y posible candidato al Nobel como en su día lo fuera Kenzaburo Oé.
Casi toda la literatura que proviene de países lejanos nos llega de una forma aleatoria y caprichosa y sin un eje cronológico que permita ordenar el caos; de ahí surge una tendencia a encasillar las obras con los habituales tópicos de mirada rasgada. En cualquier caso, el aislamiento temporal, geográfico, y la tensión entre tradición y modernidad son características demasiado genéricas para definir el conjunto heterogéneo que forman los narradores de Japón, China o Corea.

Japón: Hasta el momento, la literatura nipona es la que está teniendo (con diferencia) más repercusión en nuestro país. Haruki Murakami es el escritor nipón más popular desde Yukio Mishima y posible candidato al Nobel como en su día lo fuera Kenzaburo Oé. Su literatura acumula rasgos occidentales ya desde su origen. Cuenta la leyenda que la idea de convertirse en escritor le asaltó durante un partido de béisbol en el preciso instante en que el bate golpeaba la bola. La anécdota es tan accesible e impactante como lo son la mayoría de sus historias: una mezcla de realismo y abstracción compuesta siempre por las mismas constantes (sexo, abismo, muerte y melancolía). Muchos ven en Banana Yoshimoto, autora de Sueño profundo (Tusquets), su equivalente femenino. Menos flotante y etérea resulta la prosa del escritor Ryu Murakami, considerado como uno de los precusores de la ola extreme del cine nipón, después de que Audition fuera adaptada al cine por el director Takashii Miike. Siguiendo con el juego de equivalencias, la media naranja de Ryu vendría a ser la precoz Hitomi Kanehara, autora de Serpientes y piercings (Emecé).

China: Unos grados más refinada que Kanehara pero también considerada chica mala de las letras (en este caso chinas) es Wei Hui, autora inscrita en un tipo de literatura erótica de corte confesional. Su último libro Casada con Buda (Emecé) es una continuación de Shangai Baby, el libro que le dio la fama. Gao Xingjian, primer Premio Nobel chino y pionero de la literatura de vanguardia de su país, habitaría en otra esfera (su técnica narrativa está tan alejada de los patrones convencionales chinos que un editor se atrevió a decirle que no sabía escribir). Este autor vive exiliado en Francia desde 1988 y su obra más conocida esLa montaña del alma.

Corea: Salvo honrosas excepciones, la literatura coreana sería prácticamente desconocida por estos lares si no fuera por la editorial Trotta. Ente sus novedades figura la novela histórica El canto de la espada de Kim Hoon. Y como introducción resulta imprescindible la serie de relatos aparecida hace unos años Canto del oeste coreano de Yi Chongjun. Otra de las gemas a tener en cuenta sería el nostálgico Yi Mun-Yol, uno de los autores coreanos con más prestigio.

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