domingo, 24 de agosto de 2008

Anticipo de las obras de Wáshington Delgado

El corazón es fuego.

MAESTRO DE VARIAS GENERACIONES DE ESCRITORES, CRÍTICO CERTERO Y ERUDITO, Y SOBRE TODO POETA, WÁSHINGTON DELGADO (CUSCO, 1927-LIMA, 2003) ES UNA DE LAS VOCES FUNDAMENTALES DE LA GENERACIÓN DEL CINCUENTA. SU OBRA, QUE ES SUMAMENTE VASTA Y VARIADA -VA DEL ENSAYO A LA POESÍA, Y DE AHÍ A LA NARRATIVA BREVE O AL APUNTE PERIODÍSTICO-, SERÁ PUBLICADA DE MANERA CONJUNTA, POR PRIMERA VEZ, GRACIAS AL DEDICADO TRABAJO DE JORGE ESLAVA Y EL FONDO EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD DE LIMA.
Por Diego Otero
Dicen los que lo conocieron que su conversación era tan transparente y lúcida como su poesía. Que podía citar de memoria unos versos de Rubén Darío y examinarlos con humor y profundidad, en apenas unos minutos. O que podía hablar elocuentemente, con gracia y sencillez, de un tema complejo: el teatro del Siglo de Oro. O detenerse con perspicacia en alguna de las anécdotas que fueron la insospechada génesis de las novelas rusas que tanto amó. Wáshington Delgado era, pues, un maestro dentro y fuera del aula. Pero un maestro como el maestro modélico que reclamaba Claudio Magris: que dialoga con horizontalidad, que está ahí tanto para enseñar como para aprender, que disfruta de su vocación.

En Wáshington Delgado no había ni soberbia ni voluntad de oscuridad, tampoco pedantería. Del mismo modo en que no hay trazas de eso en su poesía, que es siempre austera y encendida: "Porque la libertad es un fuego / que pule, afina, organiza / y destruye la vida. /Porque a un lado está el bien / y al otro el mal y yo no sé / cuál es la conducta razonable. / Porque después de todo, nada / importa sino es el amor, / sino es el odio. / Yo estoy aquí para vivir o para morir, / para cantar o para morir, / para respirar, comer y amar. / O para morir". La poesía de Delgado es esencial y vivaz a pesar del tenaz pesimismo que la impregna y conduce. Y es que ese pesimismo era un método crítico, una forma de lucidez, una apuesta, finalmente, afirmativa.

"Creo que ser pesimista por puro reflejo de la realidad es algo tremendamente negativo, pero serlo conscientemente, lúcidamente, construir el pesimismo sobre la base de observaciones objetivas de la realidad, que sirvan para esclarecer el mundo, puede ser positivo", dijo alguna vez. Atento lector de Bertolt Brecht y de Pedro Salinas, Delgado hizo de su poesía un territorio en el que tenían cabida la meditación y la sensorialidad, la preocupación social y la perspectiva filosófica. Como pocos poetas peruanos, además, creó un corpus lírico orgánico, en el que cada volumen es una unidad estilística y temática. No solo eso: cada volumen es un intentó de quebrar su estrategia discursiva previa, de no repetirse, de ser fiel a las transformaciones de su ánimo, sus ideas y su experiencia.

A fines de los sesenta, con un puñado de breves -algunos excelentes- libros publicados (Formas de la ausencia, Para vivir mañana, Destierro por vida), Delgado dijo públicamente que no volvería a la poesía. Cumplió su promesa, parcialmente. Luego de un silencio de más de veinte años -ese silencio que es prueba de auténtico respeto por la vocación, como el silencio ejemplar de Emilio Westphalen-, dio a la imprenta Historia de Artidoro, uno de sus mejores trabajos: un libro a la vez experimental y emocionalmente intenso, y en el que el aliento narrativo desencadena toda una nueva serie de posibilidades poéticas. Artidoro es un hombre que se está convirtiendo en fantasma, y que se enfrenta con coraje a la miseria de la ciudad a pesar de constatar a cada instante su destino; a pesar de que sus manos a veces atraviesan los objetos que intentan sostener.

Las Obras completas de Wáshington Delgado se publicarán en cuatro tomos. El primero se titula El corazón es fuego, y reúne toda su poesía, incluyendo algunos poemas inéditos; el segundo, Monólogo del habitante, recoge sus cuentos y artículos periodísticos; el tercero, Oficio y conducta, sus tesis sobre literatura española; y el cuarto, Para vivir mañana, sus ensayos. Los cuatro volúmenes serán presentados el 28 de octubre, dos días después del cumpleaños del poeta, en la Universidad de Lima.
Fuente. El Dominical

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