miércoles, 2 de enero de 2008

Fue amigo y discipulo de Andre Breton


Murió Julien Gracq, un grande de la literatura francesa
A los 97 años, era reconocido por su lenguaje filoso y sus atmósferas densas.

André Breton, el padre del surrealismo, decía que Julien Gracq era "el último heredero del surrealismo". A los 97 años, y considerado uno de los escritores más importantes de la literatura contemporánea francesa, Gracq murió el sábado.

El escritor era conocido por sus singulares metáforas, su lenguaje filoso y la densa atmósfera de sus obras. Además del surrealismo -Breton fue su mentor y su amigo-, el romanticismo alemán fue una de sus influencias.

Julien Gracq era el seudónimo -lo había escogido "por razones de ritmo y sonoridad"- de Louis Poirier, nombre con el que había nacido, el 27 de julio de 1910, en Saint-Florent-le-Vieil, en el departamento de Maine et Loire. Fue un estudiante destacado en la Escuela Normal Superior, una institución de elite, y se licenció también en Ciencias Políticas. Trabajó hasta 1970 como profesor de Historia y Geografía, prefiriendo siempre la enseñanza secundaria a la universitaria.

Su obra literaria comenzó con la publicación de En el castillo de Argol (1938), una novela de inspiración surrealista donde muestra su universo literario: le otorga importancia máxima al escenario (Bretaña) y le da prioridad a la atmósfera sobre la intriga. En 1939, tras conocer a André Breton, Gracq adhirió a ese movimiento pero se alejó de él con bastante rapidez. Ese mismo año también abandonó el Partido Comunista francés, en el que había ingresado tres años antes.

Gracq alcanzó verdadero renombre como escritor en 1950 con el ensayo La literatura en el estómago, con el que criticaba la orientación consumista de la literatura francesa y los excesos de los premios literarios.

En 1951, él mismo rechazó el prestigioso Premio Goncourt, que le fue concedido por El mar de las Sirtes. Esta actitud le valió la admiración y el respeto de la crítica literaria parisina. Años después, rechazaría las invitaciones de Fran»cois Miterrand.

Fue poeta en Gran libertad (1947), crítico en Preferencias (1967) y novelista en La península (1970) y por supuesto en Un balcón en el bosque (1958).La editorial Gallimard lo honró en los años 90 con una edición completa de su obra en la lujosa colección Pléiade, privilegio que pocos autores llegaron a disfrutar en vida. El editor de esta obra, Bernhild Boie, lo definió como "un escritor para iniciados, cuyos escritos simbólicos y mágicos revelan secretos perdidos".

Qué opinaba él se puede entender de una de sus declaraciones: "La única literatura necesaria es siempre una respuesta a lo que no ha sido aún preguntado."De sus obras, en nuestro país, se consiguen: Ojos del bosque; En el castillo de Argol y El mar de las Sirtes.

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